Este viñedo de quinta generación es conocido por sus vinos únicos, como el Caprettone y el Aglianico, que dan una muestra de los auténticos sabores de Campania.
Bajo la mirada melancólica del Monte Vesubio hay un amplio abanico de bodegas que elaboran vino a partir de uvas cultivadas en suelo volcánico. No encontrarás vinos Vesuvius en tu supermercado local, ni siquiera en el restaurante más elegante de la ciudad. Para hacerte con sus preciadas botellas, tienes que peregrinar directamente a la acogedora bodega.
La región vinícola del Vesuvio es conocida por su suelo volcánico repleto de nutrientes, como arena volcánica oscura, piedra pómez y lapilli. Éstos dan al vino sus sabores ahumados y minerales y un toque de dulzor por todo ese potasio. Encaramados a 700 metros sobre el nivel del mar, los viñedos absorben la cantidad justa de sol. Los veranos secos y calurosos y los inviernos suaves y húmedos típicos del Mediterráneo, junto con la brisa de la montaña y el aire marino, son la receta perfecta para que la uva prospere y el vino brille.
Las principales uvas utilizadas son Piedirosso, Aglianico y Coda di Volpe, aunque se permiten otras mezclas hasta un 25% de la producción total. Por eso los vinos Vesuvio son famosos por su amplia gama de estilos y sabores. Los hay tintos, blancos, rosados, espumosos y licorosos. La riqueza del suelo también garantiza que los vinos mejoren con el tiempo. En cuanto a aromas y crianza, los vinos rosado y blanco rebosan vivas notas de almendra, melocotón, piña y cítricos, perfectas para disfrutarlas de inmediato. Sus vinos tintos, envejecidos a la perfección, desarrollan matices minerales y ahumados distintivos de los suelos volcánicos, junto con sabores de frambuesas, fresas, cerezas y ciruelas que se profundizan con el tiempo, dando un verdadero sabor a su terruño único.